La selección de balonmano femenino cae en la prórroga (26-27) en un partido que tuvo bien encaminado al descanso
Dolorosísima fue la derrota de las Guerreras. Francia otra vez. Cortó el paso hacia las medallas y eso que a las galas se les veía cerca del KO al descanso (12-5). España pasó del cielo con Silvia Navarro y Nerea Pena imponentes siempre y un primer acto de equipo mayúsculo a caer empujada por la remontada del gen competitivo francés hasta la prórroga y de ahí a la derrota y a lo infernal. Significó la eliminación en los cuartos de final de balonmano femenino de los Juegos Olímpicos de Río. Y sin duda debió ser para jugadoras y cuerpo técnico un golpe frontal brutal. De verse en la pugna por reeditar al menos el bronce de Londres 2012 a quedarse sin metal.
Se consumía agónicamente el tiempo del extra con 26-27 para Francia y el lanzamiento de Nerea Pena, que se marcó un partido brillante, se fue a la madera antes del bocinazo final. Durísimo también para ella, a quien una lesión la alejó de Londres y de aquel bronce de su equipo, y que estuvo estratosférica este martes ante las galas con 13 goles. Soberbia estuvo entre los palos la valenciana Silvia Navarro con 14 paradas espectaculares muchas de ellas.
Sucedió lo increíble. Del todo a la nada. De la euforia de un primer tiempo magnífico a la asfixia que aplicó una Francia ultra competitiva para restar toda la renta, forzar la prórroga y acabar ganando por un gol. Allison Pineau, en varias ocasiones designada como mejor jugadora del mundo, secada cuarenta minutos, apareció para abanderar a las francesas.
Sería sencillo y simplón quedarse en que España se dejó remontar un partido que tuvo muy de cara, que cómo pudo ser aquella remontada y que en balonmano femenino no habrá medalla cuando la hubo en los Juegos anteriores. Pero la historia de las Guerreras no es esa. La realidad es la de una selección y una generación que ha dado enormes alegrías al balonmano español en los últimos años. Los dos últimos ciclos olímpicos, ocho años, les dieron para cosechar la participación en los Juegos de Londres (bronce) y los de Río, el bronce en el Mundial de 2011, y sendos subcampeonatos de Europa en 2008 y 2014. Y eso son los números. Pero además cuenta y mucho escenario donde han tenido que crecer esas jugadoras.
España fue una de las ligas más potentes de Europa entre los noventa y principios de 2000. Pero el despego generalizado —con contadas excepciones— de las empresas privadas y las instituciones e incluso la mala gestión de clubes respetados en el Viejo Continente ayudó a que se fue esfumase todo. Se diluyó hasta dejar una competición con un par de equipos en un marco profesional en términos económicos y la obligación de aprovechar las oportunidades que se abrieron fuera de España a muchas jugadoras para seguir en el primer nivel Europeo. Una liga que en justicia se ha ido recuperando y mejorando su estructura, pero que todavía no es lugar de vuelta para las balonmanistas de la casa o que atraiga a referencias europeas. En ese escenario es en el que las Guerreras han demostrado ser Guerreras independientemente de la dolorosa, claro, derrota ante Francia.
Del todo a la nada
España engulló absolutamente a Francia en el primer tiempo. Una defensa inquebrantable, granítica, imposible por el centro con Eli Chávez y Lara González —precisamente por donde se empecinó el conjunto galo en entrar durante todo el primer tiempo— y solidaria en los laterales y los extremos. Frescas en la circulación del balón en ataque y rotundas en la búsqueda de la portería francesa. Se alargó tremendamente la figura, una vez más, de Silvia Navarro entre palos con unos porcentajes del cincuenta por ciento. Y Nerea Pena no paró de aprovechar cada ocasión que tuvo para golear. Tenía muchas ganas de semis Nereitxu.
Ante eso Francia no pudo hacer nada. Las Guerreras la borraron de la pista. Desquiciaron a base de una defensa perfecta y una ataque eficaz a las bleus. Allison Pineau quedó fulminada. El tanteo de los primeros minutos, quizás algo más igualados por las exclusiones españolas y que sí dio para que Lacrabere rascase algo, quedó diluído ante la poderosa propuesta de las españolas. Sencillamente firmaron un primer tiempo perfecto. Y lo impecable de las de Dueñas quedó rematado con sendos goles de Carmen Martín, uno de siete metros y otro a la contra y con una parada espectacular de Silvia Navarro para secar un contragolpe veloz galo que generalmente hubiera acabado dentro. Con un más siete se iba al descanso (12-5). Zarandeadas las francesas, la renta acercaba mucho las semifinales.
Francia reanudó el partido como debía hacerlo si no quería que ese resultado fuese sonrojante. Fue poco a poco sacando ese gen competitivo. De fondo, en los primeros minutos en realidad vivieron de las pérdidas inconcebibles de las españolas en ataque. Pases interceptados por las francesas que les permitieron lanzar contras. Su ataque todavía estaba atascado. Y procuró sostener a las españolas Silvia con sus paradas y Nerea con sus goles. Siguieron en ello. El avanzado que planteó Olivier Krumbholz acabó de romper los esquemas de las españolas, que incurrieron en diversas pérdidas en ataque y perdieron mucha intensidad defensiva.
Despertó Pineau
Coincidió con que Allison Pineau recogió la bandera francesa para gobernar a su equipo y tanto a ella como a la zurda Alexandra Lacrabere les comenzó a entrar todo. Tuvo un momento lúcido España y recuperó la renta de más siete. Pero las bleus no frenaron lo más mínimo y supieron aprovechar las exclusiones rivales. Potentes físicamente, más enteras que las de Dueñas, se colocaron a tres goles a siete minutos. A tres minutos y medio España sólo sostenía dos tantos más, y a uno cuarenta del final se redujo a una diana más la exclusión de Eli Chávez con roja además. A veinte segundos del final empató Francia.
La gestión de la prórroga no fue más que una línea continuista de las francesas. Por delante se pusieron para no dejar a España recuperar la llave de la puerta de semifinales. Renta corta pero suficiente para sostenerse las francesas. Y en los segundos agónicos a Macarena Aguilar se le fue un lanzamiento a doble madera. Y con un 26-27 en el marcador esa última bola de Nerea Pena, quien en todo caso firmó un gran partido, que se fue a la madera. Increíble, pero cierto. Del todo a la nada en ese partido. En ese encuentro, porque el recorrido de las españolas tiene un enorme cuajo.
Ficha técnica:
España: Silvia Navarro; Carmen Martín (5, 2p), Marta Mangué (1), Eli Chávez (1), Lara González, Shandy Cabral (4) y Eli Pinedo -equipo inicial- Zoqbi (ps), Marta López, Macarena Aguilar (1), Nerea Pena (13, 4p), Patri Elorza (1), Naiara Egozkue y Ainhoa Hernández.
Francia: Leynaud; Bulleux (1), Lacrabere (7, 1p), Niombla (6, 4p), Pineau (5, 2p), Dembele (4) y Landre (1) -equipo inicial- Glauser (ps), Ayglon (1), Zaadi, Prouvensier, Houette, Edwige (1) y Nze-Minko (1)
Marcador cada cinco minutos: 4-2, 6-3, 7-3, 8-5, 10-5 y 12-5 (Descanso) 13-8, 14-10, 17-11, 20-15, 22-18 y 23-23 (Final) 24-25 (1ª parte prórroga) 26-27 (Final prórroga)
Árbitros: Alpaidze y Berezkina (RUS). Expulsaron con tarjeta roja directa a la jugadora española Eli Chávez (m.58). Además excluyeron por dos minutos a Eli Chávez (2), Lara González, Mangué (2), Elorza, Carmen Martín y Eli Pinedo por España; y a Edwige (2) por Francia.
Incidencias: Encuentro correspondiente a los cuartos de final del torneo de balonmano de los Juegos Olímpicos de Río 2016 disputado en el Arena do Futuro.
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