Alejandra Quereda, Elena López, Lourdes Mohedano, Sandra Aguilar y Artemi Gavezou se proclaman subcampeonas olímpicas por detrás de Rusia
Alcanzaron la excelencia perseguida a lo largo un ciclo olímpico hacia Río, trufado de repeticiones de los ejercicios en cada entrenamiento y en cada competición. Miles y miles de repeticiones, quizás incontables, en ese alcanzar la perfección. Brillaron con una belleza pura en esa conjugación de rostros y expresiones, de gestos, de maillots, de músicas, de aparatos y ejercicios, de sincronía máxima, en esa generación de una esencia rítmica sobre el tapiz para enamorar a jueces y público. Existió esa excelencia en el conjunto español de gimnasia rítmica con Alejandra Quereda, Elena López, Lourdes Mohedano, Sandra Aguilar y Artemi Gavezou. Y la armonía, la elegancia, la valentía y la perfección se llevó el premio de la plata olímpica.
El quinteto que entrenan Anna Baranova y Sara Bayón formuló una primera rotación con cintas sin fallos, inmaculada, y una segunda igualmente limpia de errores. Perfectas. El primer ejercicio se premió con 17,800 y el segundo con 17,966 para un total de 35,766. El conjunto ruso, que se llevó el oro olímpico, acumuló 36,233, mientras Bulgaria, bronce, logró los mismos que las españolas.
«Estamos contentísimas, no se puede explicar con palabras. Somos un equipo que ha sufrido mucho, hemos escalado paso a paso sin que nos regalaran nada. Cuando en una competición no conseguíamos los puntos le decía a Sandra: ‘Tranquila que nos los devolverán algún día’», explicó la capitana, Alejandra Quereda, tras la final.
«Para llegar aquí hemos superado lesiones. Sandra y yo llevamos ocho años y esto pasa factura. Yo tengo que operarme de la cadera, pero si me operaba en el momento en que debía no podía llegar aquí y eso no me lo perdía ni loca», agregó.
España, que llegó a la final con la mejor nota obtenida el sábado, apareció primera en escena en ambas rotaciones. Mejor nota de la primera. Y por momentos fue medalla de oro olímpica. Lo fue hasta que Rusia echó el resto en su segundo ejercicio, el mixto, con 18,633 puntos. Cierto que las rusas se mostraron imperiales en ese segundo pase y que, de hecho, son el equipo más potente del mundo, pero en suma no fueron tan regulares como España, que en Río firmó cuatro ejercicios perfectos.
Tuvo errores en la calificación y también en la final en cintas. Dos de sus integrantes llevaban el maillot desabrochado —aspecto que penaliza— y hubo una caída de cinta. Los jueces, sin embargo, fueron tibios con estas circunstancias y les otorgó 17,600. Sorprendentemente dos décimas menos que las españolas, que estuvieron perfectas. En todo caso, desarrollaron un ejercicio mixto espectacular que les acabó dando el oro. En ese momento, España era plata. Gran actuación luego de Italia para colocarse tercera. Pero apareció Bulgaria para cerrar la final y brilló para quedarse con el tercer puesto del pódium.

El conjunto español de rítmica apareció primero en la final con su ejercicio de cintas envuelto en los ritmos brasileños y con un tema de Carlinhos Brown. Muy colorista, con mucha expresividad por parte de las gimnastas, que lograron una fusión magnífica, y de fondo esos ritmos de samba. En la jornada de sábado, ya enamoraron al público. Repitieron de nuevo cuando el ejercicio entró en los ritmos de la batukada.
Un metal veinte años después
Del guiño a Brasil, donde se han disputado los Juegos Olímpicos de 2016, llegó el momento de rebuscar en las raíces y contar algo de España. Abrazaron el flamenco. El ejercicio mixto —con dos aros y seis pares de mazas— mostró quejío, raza mezclada con sobriedad, elegancia y expresividad, además del juego con los aparatos. El ejercicio lo prepararon con el bailaor Rafael Amargo. Finalizada la segunda de las rotaciones, sobre el tapiz, mientras saludaban ya fue imposible que llegase ese: «Ya está, ya lo hemos dado todo». Lágrimas de alegría por saberse con el trabajo perfectamente hecho y a esperar las puntuaciones.
Y el resultado dio una plata olímpica merecidísima para el conjunto de rítmica. «Era la única medalla que nos faltaba, tenemos que asimilarlo todavía», comentó Sandra Aguilar.
Cuatro de ellas, Alejandra (capitana), Elena, Lourdes y Sandra estuvieron en los Juegos de Londres 2012 y allí se quedaron a las puertas del pódium con una cuarta plaza. Esta plata, la medalla en todo caso, rompe con una sequía de veinte años para la disciplina de gimnasia rítmica en conjunto. España logró el oro en los Juegos de Atlanta 1996 con Marta Baldó, Nuria Cabanillas, Estela Giménez, Lorena Guréndez, Tania Lamarca y Estíbaliz Martínez. Había una anterior, en individual, la plata que logró Carolina Pascual en Barcelona 1992.

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