Sobre la arena, competidoras incansables, inalterables, rotundas. Ejemplares para quienes llegan o buscan el primer nivel, el alto rendimiento, tan costoso de sostener en España, pues falta mucha cultura deportiva por parte de instituciones y empresas. Valga para muchas disciplinas, lo que logran los deportistas españoles son milagros de cosecha propia. Fuera de la arena, quien conoce a Liliana Fernández Steiner (Benidorm, Alicante, 4/1/1987) encuentra a una persona cercana, tranquila, pero mayúscula en sus principios y en su lucha por su deporte, el voley playa. Reúne la fortaleza de la deportista que persigue sus sueños esperanzada de darles forma de realidad, con trabajo y esfuerzo incondicional. Y efectivamente lo consigue junto a su compañera Elsa Baquerizo (Madrid, 25/6/1987). Tal para cual. Pueden reconocerlo personalmente orgullosas, pero son incluso sus rivales las que ensalzan la garra y el carácter de éstas.
Las referencias del voley español estuvieron y están en categoría masculina. Hoy con figuras principales como Pablo Herrera y Adrián Gavira. Pero Lili y Elsa no pudieron recoger mucho del pasado. Su convicción, y la de sus familias, por progresar en el deporte sobre la arena, por erigirse ellas como modelos a seguir en el circuito femenino, está más que lograda. Ya acudieron a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con buena nota. Y su avance en el escenario mundial no ha hecho más que crecer en los años siguientes. Las redes que buscan están en los Juegos de Río de Janeiro 2016, pero esta vez los piensan con serias opciones de lograr éxitos, si no son ya, que lo son, los logrados.
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Lili no reparó en practicar deportes varios de pequeña. Mucha energía que desarrollar. Pero fue a los 13 años cuando tuvo el primer contacto con el mundo del voleibol. Comenzó jugando en pista. Viviendo en Benidorm, no era difícil, sobretodo en verano, encontrar los momentos para el voley playa. Ya fue en 2005, con 18 años, cuando apostó todo a la arena. Convencida y destacando. No tardó en llegar la posibilidad de tener una beca en el centro de tecnificación de Arona, al sur de Tenerife. Y allí conoció a Elsa, que llegó desde Majadahonda con 19 años. Trabajo constante. Sin condiciones. Punto de inflexión fue el Mundial sub’21 en 2007 (semifinalistas). Crecimiento deportivo al tiempo que compaginaban los estudios (Elsa, en Pedagogía y Psicologia; Lili, en Turismo y Publicidad y Relaciones Públicas). Cuatro años después, su entrenador Daniel Rodríguez Wood les propuso un proyecto común. «Creía en nosotras», subraya Lili. Y a la vista, han ido sorteando con solvencia lo irregular de la arena.
«Empezamos en un buen año. 2009 fue justo después de los Juegos de Pekín y muchas parejas se separaban o se retiraban. Nosotras estábamos en el último puesto de la previa. Fuimos jugando todas las previas, eran tres rondas en ese momento, y ese año las pasamos todas menos una o dos. Fue bastante bien y nos permitió coger puntos y cara al 2010 y 2011 pues seguimos creciendo», recuerda la jugadora benidormense. Le detectaron una lesión en el hombro en 2011, pero completó una rehabilitación y el paso firme de la dupla hacia Londres 2012 no se cortó. Aceleraron y alcanzaron los Juegos con el bronce del campeonato de Europa en el zurrón. Y en los Juegos londinenses, noveno puesto.
Ambas, pura sangre del voley playa, haciendo malabares para encontrar ayudas a modo de patrocinios, reinvirtiendo lo que lograban en los campeonatos a los que acudía, o con ayuda familiar, haciéndose a sí mismas, mantuvieron el arreón. La escalada les llevó a cerrar ese año en la cuarta posición del ránking mundial y con el subcampeonato de Europa en su hoja de servicios, que seguía trufándose en pruebas internacionales o con todas las coronas del campeonato de España entre 2009 y 2014.
Lili y Elsa cerraron el pasado año con un noveno puesto en el ránking olímpico y un duodécimo en el mundial. Disputaron las Finales del World Tour, reservada para las diez mejores parejas del mundo. Arranca una temporada especial, vital en la carrera de la dupla, con Río de Janeiro en el horizonte. Será en el mes de junio cuando se cierre el corte para los Juegos. Si éstas mantienen la posición o, al menos, están entre las diecisiete primeras parejas del ranking tendrán plaza. De lo contrario, podría acceder ganando la Continental Cup en la primera semana de julio.
«Me gustaría que mi hija -como Elsa-, de camino a Río, recordase estas palabras de Michael Jordan: ‘El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la in- teligencia gana campeonatos’», subraya Draguy Steiner, madre de Lili.
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