La jugadora malagueña de voley playa arranca una nueva etapa junto a Amaranta Fernández y apuntan hacia Tokio 2020
Finalizado el pasarse las manos por brazos y piernas para desprenderse de la arena de la pretemporada, ya es momento de cubrirse con la nueva envoltura arenosa de la exigencia del comienzo de todo en el voley playa. La última etapa de la dureza de la preparación del curso es antesala al comienzo de viajes por todo el mundo para exprimir la competitividad de las parejas. Y aunque los objetivos se advierten en el corto plazo, tirando por la máxima del torneo a torneo, ya se sabe también aquello de que el tiempo pasa rápido y que el curso también hay que pensarlo como el inicio del siguiente ciclo olímpico.
Para Ángela Lobato Herrero (Nerja, 22/4/1992) es además año de cambio. Decisiones y elecciones que en ocasiones obliga el deporte en sí o por el enfoque distinto del mismo que tienen las parejas del voley playa. La malagueña cambia en ese aspecto. Acabó la etapa con Paula Soria y se une a la catalana Amaranta Fernández Navarro, quien compitió con Ester Ribera, ahora preparadora física de la nueva dupla.
La malagueña, en una entrevista para Visibilitas, subraya el objetivo de la pareja a corto y largo plazo: «Nuestro principal reto ahora mismo es subir en el ranking mundial y asentarnos como pareja de cara a los Juegos de Tokio 2020 y prepararnos desde ya esté nuevo ciclo olímpico».
El pensamiento deportivo hacia los próximos Juegos arranca desde la nueva unión con Amaranta. Al respecto, Ángela Lobato explica que «el proyecto surgió porque tanto por nuestra parte como por la federación española vimos la posibilidad de dar un paso más a lo que habíamos hecho hasta ahora. Uniendo las cualidades de las dos podríamos hacer algo interesante. Queríamos tener un proyecto serio, con entrenador y jugando toda la World Tour, cosa que hasta ahora no habíamos podido hacer y que ahora tenemos la oportunidad de hacerlo».
De lo que lleva en su mochila experiencial, la jugadora de voley playa de Nerja comenta en cuanto a la etapa anterior con Paula Soria y lo que aportará a la dupla con Amaranta que «creo que ambas hemos crecido como jugadoras en nuestra anterior etapa; hemos vivido muchas experiencias y sabemos que para mejorar hay que trabajar duro. La experiencia y el trabajo que hemos hecho nos ayudará en esta nueva andadura».
«Nuestra preparación tiene como objetivo a largo plazo intentar clasificar para Tokio 2020»
Conoce sobradamente a Amaranta como rival. El circuito nacional, algún cruce internacional, entrenamientos… Lobato significa respecto al binomio que forman ahora que «tenemos un carácter muy positivo y nos exigimos mucho, estoy muy cómoda trabajando con ella», al tiempo que destaca que «hay muchas cosas que trabajar como equipo y tenemos que cambiar y mejorar aspectos, pero llevamos muy poco tiempo entrenando juntas y ya vemos evolución».
Por lo pronto, recientemente compitieron en el torneo estadounidense de Fort Lauderdale, donde ganaron el primer duelo de la qualy ante las checas Galova y Olivova, pero perdieron en el acceso al Main Draw frente a las rusas Birlova y Makroguzova. «En esta primera temporada nuestro objetivo es subir en el ranking e ir rodando. Queremos clasificarnos para el campeonato de Europa y el Mundial, aunque sabemos que la clasificación es difícil», dice Ángela, quien defiende que «tenemos un buen equipo detrás y confiamos en nuestras posibilidades, así que esperamos llegar a ser un equipo del cuadro principal de World Tour».
Entrenan para este nuevo proyecto a las órdenes de Daniel Rodríguez Wood, técnico también de la pareja femenina referencia del voley playa español e internacional que forman las olímpicas Liliana Fernández Steiner y Elsa Baquerizo: «Estamos muy contentas con nuestro entrenador. Estamos aprendiendo mucho y nos gusta su forma de trabajar. Además, poder viajar con él a las competiciones es un plus de calidad, algo que antes no podíamos hacer. También contamos con Ester Ribera como preparadora física, una gran profesional y entiende bien el deporte. ¡Nos está poniendo más en forma que nunca!».
Comenta la malagueña respecto a Lili y Elsa que «son un gran referente; ellas también empezaron desde abajo y han conseguido llegar a lo más alto. Entrenar con ellas es un lujo para nosotras, entrenar a ese nivel te hace mejorar mucho». Lili y Elsa ya compitieron en Londres 2012 y en Río 2016. Y el nuevo objetivo es Tokio 2020. A ese escenario asiático también aspiran Ángela Lobato y Amaranta Fernández: «Nuestra preparación tiene como objetivo a largo plazo intentar clasificar para Tokio 2020. Queda mucho tiempo y hay que trabajar mucho para conseguirlo».