Ona Carbonell, referente mundial de la natación artística, volvió a entrenar con el equipo nacional el pasado mes de diciembre después de ser madre en agosto de 2020. La nadadora barcelonesa (1990) concilia los primeros meses de vida de Kai con el regreso al agua y prepara con sus compañeras la clasificación para los próximos Juegos Olímpicos de Tokio.
Carbonell, en una entrevista realizada y remitida por el servicio de comunicación del Comité Olímpico Español (COE), explica sobre su regreso a los entrenamientos tras ser madre que el 2 de agosto «parí a mi hijo Kai y a los 40 días, después de pasar la cuarentena, empecé a entrenar poco a poco con mi preparador físico Juanjo y gracias a Mayu y la federación que me pusieron facilidades para poder entrenar en casa y en la piscina cerca de donde vivo yo. En diciembre ya empecé a entrenar con el equipo y ahora estoy a tope entrenando mucho. Estoy cansada, pero feliz y compaginándolo todo con Kai, con la lactancia… Es un punto diferente a lo que estaba acostumbrada hasta ahora, recuperando mucho menos, porque no duermo casi y dar pecho no es fácil, pero muy contenta y con ganas de estar al nivel para poder estar dentro del equipo y clasificarnos para los Juegos».
A propósito de los retos y objetivos que se pone el equipo nacional de natación artística concreta que a corto plaza es «clasificarnos para los Juegos» y a largo plazo «hacer un buen papel en Tokio». «Es un equipo, yo no porque ya estoy mayor (ríe), pero que tiene un objetivo muy bonito que es París dentro de cuatro años y que creo que lo puede hacer súper bien. Es un equipo con muchísimo talento, un grupo humano maravilloso y que darán mucho de qué hablar y creo que vamos a disfrutar muchísimo con ellas», subraya.
La medallista olímpica significa sobre la maternidad y el deporte de alto rendimiento que compaginarlo «no es fácil, porque a nivel físico es un desgaste muy importante, se descansa mucho menos, se duerme mucho menos. Al final tienes un crío y ya no puedo hacer como hacía antes de tumbarme en el sofá y ponerme hielo para recuperar, sino que ahora estoy con un niño de ocho kilos arriba y abajo, dándole el pecho, durmiendo poco…pero la verdad es que es bonito. Es un reto muy bonito. Ojalá fuera un tema mucho menos tabú y estuviera mucho más normalizado, porque creo que todas las mujeres deportistas tenemos respeto a ese momento porque no está lo suficientemente normalizado y no existen todas las ayudas que deberían existir. También es una manera de visibilizarlo y aquí estoy».
La crisis sanitaria global obligó al aplazamiento de los juegos de 2020 a 2021. De haberse desarrollado en circunstancias normales, Ona Carbonell no hubiera competido en ningún caso en Tokio. Pero la pandemia le ha dado una nueva oportunidad. Como objetivo personal dice: «Primero nos tenemos que clasificar para los Juegos y yo tengo que estar a tope para estar dentro del equipo. Ahora mismo nos han cambiado el preolímpico debido a la pandemia mundial que hay. Lo teníamos ahora en marzo y nos lo han retrasado dos meses, así que más tiempo para entrenar, estar a tope y hacerlo lo mejor posible».

Para Ona Carbonell serán sus terceros Juegos tras su concurso en Londres 2012 (con un balance de una plata y un bronce) y Río de Janeiro 2016: «Los dos anteriores los recuerdo como los momentos más mágicos de mi carrera deportiva. Londres fue maravilloso con esas dos medallas, la plata y el bronce, fueron mis primeros Juegos, era muy pequeñita. Y Rio, pues de otra manera, con más experiencia, pero también lo disfruté muchísimo. Creo que este equipo se merece mucho ir a estos Juegos porque ninguna ha ido todavía a unos Juegos, se lo merecen y ojalá podamos vivir conjuntamente unos Juegos, aunque van a ser muy distintos a los que estamos acostumbrados, pero hay que disfrutarlos igual».
Cuestionada sobre el momento en el que decidió interrumpir su carrera deportiva cuenta que «Corea fue un Mundial muy bonito, con este récord de 23 medallas, por detrás de Phelps y de Lochte. Pero yo sentía que por primera vez necesitaba estar con mi familia, dedicarles tiempo a los míos y a mí. Ya sabéis que el deporte es entrenamiento 24 horas al día y hasta ahora no había tenido ese tiempo y por primera vez sentí que lo necesitaba y por eso hice ese parón. Aunque fuera un momento muy bueno deportivamente, humanamente, moralmente y emocionalmente necesitaba este parón».
La nadadora artística recuerda sus comienzos en su deporte y relata que se inició «en la natación artística a través de la gimnasia rítmica. Desde pequeñita hacía rítmica y descubrí este deporte que era una mezcla entre el baile de la rítmica y el agua que es una de mis grandes pasiones. Desde el primer día que lo probé me enamoré de la natación artística y hasta el día de hoy».
«Creo que uno no es consciente de todo lo que ha hecho hasta que no deja pasar el tiempo y lo mira desde una perspectiva. Yo ahora estoy metida de lleno con mis objetivos, pero sí que vas recordando, y piensas “¡Cuánto trabajo hay detrás de todo esto!”. Te sientes orgullosa más que de los resultados y los retos conseguidos, de todo el trabajo y de todo el esfuerzo que hemos hecho para conseguir estos retos. Creo que eso es lo que me hace estar satisfecha. Es lo bonito de dar ejemplo a las jóvenes y los jóvenes que suben, no solo centrarse en los éxitos sino en todo lo que hay detrás, todo el camino que un deportista hace para llegar a esos objetivos», comenta respecto a su trayectoria.
Su sueño: «Seguir aprendiendo y disfrutando de la vida. Es muy bonito aprender de todos, de todas las cosas, de las circunstancias, de las adversidades, del camino… y el deporte nos ayuda a aprender muchísimo y a disfrutar de la vida. Y, sobre todo, pido salud para todo el mundo».