Por FETRI: La paratriatleta vasca Rakel Mateo protagonizó el undécimo Instagram Live de la Federación Española de Triatlón, tras los de Javier Gómez Noya, Miriam Casillas, Mario Mola, Anna Godoy, Fernando Alarza, Jairo Ruiz, Susana Rodríguez, Alejandro Sánchez Palomero, Eva Moral y Héctor Catalá, en el que explicó el accidente que derivó en discapacidad y cómo cambió su vida a mejor, la llegada al paratriatlón, los Juegos de Río o cómo ha vivido el confinamiento antes de intentar cumplir su sueño de volver a ser olímpica.
Los orígenes que forjaron a una luchadora
Rakel Mateo quiso compartir sus orígenes y su relación con el deporte afirmando que “llegó por mi hermano que hacía ciclismo, yo hice ballet y danzas vascas, pero no deporte de competición como tal, aunque me gustaba nadar mucho. Y explicó cómo eran sus circunstancias familiares y personales al decir que “vengo de una familia humilde y tuve que buscarme la vida y trabajar en muchos sitios y haciendo distintas cosas”.
Un accidente laboral cambió su vida… a mejor – Una historia de superación
La paratriatleta explicó cómo fue el accidente que derivó en discapacidad: “Tuve un accidente laboral con 26 años y me quedaron secuelas en la pierna izquierda. Trabajaba en un supermercado y se me cayó un montón de caja de fruta apilada en la pierna. Al principio me pusieron una escayola y no pensé que no fuera a recuperar la pierna, pero con el paso del tiempo me seguía doliendo, pero la verdad es que no pensé que me fuera a quedar así”.
Al principio no llevaba muleta, pero con el tiempo fue mermando mis capacidad y ahora la uso todo el rato. No es que me haya acostumbrado, sino que he aprendido a asumirlo”.
Y por último, explicó cómo ese accidente cambió su vida a mejor: “He cambiado mi vida a mejor porque mi vida anterior no había sido vida por tener que convivir y luchar con la anorexia, haberla superado me hizo fuerte. De todo lo malo, siempre hay que sacar algo bueno y por eso siempre pienso que cualquier cosa que venga la voy a superar. Ese accidente me ha dado una vida que no habría tenido”.
Descubriendo el paratriatlón: “No sabía ni correr ni nadar”
La paratriatleta vizcaína a continuación explicó que “tras el accidente es en 2010 cuando yo iba en mi coche adaptado, pero vi la bici de mi hermano y me decidí a probar. Fue una libertad poder usar una bici adaptada, salir del pueblo, tener libertad. Fue ahí cuando conocí el ciclismo. Y, en 2013, se me ocurre como locura de hacer un triatlón en Zumaia, pero no sabía ni correr ni nadar. Nadaba cómo podía yendo de un lado a otro e iba dando saltos en lugar de correr. En ese triatlón me puse a nadar y me quedé sola y al salir del agua y subir a la bici me veía sola pensando que me cortarían en algún momento. Hasta que no vi el video no me creí que había conseguido un buen tiempo quedando entre medias del grupo de cabeza y el de cola”.
El camino hacia los Juegos de 2016
La de Munguía explicó cómo llegó a la ‘Paratriarmada’ y su idilio con el triatlón. “De repente sacaron las categorías de Río y yo pensé que sería imposible ir a los Juegos, pero me decidí a probar. Quería disfrutar el camino y empecé a competir. Hablé con mi empresa y me sorprendió su respuesta y su decisión de apoyarme, así que ya no quedaba otra que intentarlo (risas). Mi empresa, mi pueblo, la gente de a pie… todos me iban apoyando y continué competiendo en Europeos, Mundiales y demás pruebas y cuando me confirmaron que iba a Río pensé que ya me podía morir”. Relató que “llegué sin un ciclo paralímpico entero, pero solo estar allí era revertir todo lo pasado. La Federación y el Comité Paralímpico me notificaron que tenía plaza para Río y no me lo creía”.
“Todo el mundo debería poder vivir la experiencia de unos Juegos”
Cuestionada por lo que supone vivir unos Juegos Paralímpicos desveló que “es difícil explicar qué son unos Juegos. Solo por llegar allí ya podía devolver el apoyo recibido. Aquello es una ciudad grandísima, llena de rascacielos, con mil deportes, con deportistas de lugares que no sabes ni dónde están en el mapa y quería verlo todo pero no me daba la mirada. Todo el mundo debería poder vivir la experiencia de unos Juegos. Ahí te das cuenta de las diferencias entre deportistas de los distintos países, pero todos con el sueño olímpico”.
La anécdota antes de la salida en Río 2016 con final feliz y un gesto de generosidad infinita
Mateo reveló una anécdota antes de su prueba en los Juegos que la ha marcado para siempre. “Iba a recoger mi material y me dijeron que mi rueda trasera perdía aire y no me lo podía creer. Estaba decidida a salir como fuera y tras conseguir una rueda de recambio pese al agobio porque la prueba estaba cerca a empezar, decliné ir en Zodiac a la salida y preferí ir nadando a para quitarme el estrés”.
La paratriatleta contó que “meses después de Río recibí una llamada y era precisamente de la persona que me había ayudado a conseguir la rueda para competir en los Juegos diciéndome que quería regalarme una bici. Solo había hablado con él aquella vez. Me llegó la bici y solo he podido saber que era un holandés y desde entonces le llevo buscando para agradecérselo. Y después de Río ya empecé a pensar en Tokyo. Tenía que demostrar a quien me regaló la bici, a la empresa que quería seguir ayudándome y a mis patrocinadores, que podía seguir hacia delante. He ido mejorando poco a poco, pero siempre dando pasos hacia el objetivo final que es poder volver a los JJPP”.
“Me mentalicé para el confinamiento, pero entró mi madre en el hospital y fue duro no poder verla, ahora está mejor”
Respecto a la pandemia y la situación que nos ha tocado vivir a toda la sociedad, Rakel explicó cómo ha sido el confinamiento y el grave problema que le ha tocado vivir en sus propias carnes. “Han sido tres meses muy duros y siguen siéndolos. Con el confinamiento me mentalicé para hacer lo que pudiera, pero siendo consciente que la salud era lo primero, porque no había opción B de salir de casa. Cuando ya estaba mentalizada y entrenaba como podía mi madre entró en un hospital y me quedé sola en casa sin saber qué iba a pasar con mi madre y si podría volver a verla. Ahora ya está en casa, va poco a poco y empiezo a ver un poco de luz y mejorando poco a poco”.
En Río acabé octava, en Tokio quiero más
El objetivo actal son los JJPP de Tokio, cerrar la clasificación y soñar con mejorar el 8º puesto logrado en Río “viajé a Tasmania para poder asegurar la plaza porque ese es mi objetivo. En Río acabé octava y logré diploma, pero en Tokio quiero más, no te digo el oro, pero quisiera intentar más. Yo sé que si estoy al 100% podría hacer cuarta o quinta, pero luego pueden pasar mil cosas en carrera. Primero hay que cerrar la clasificación y luego iremos viendo”.
Queda mucho camino para la inclusión total, pero sin el apoyo de mis patrocinadores, la FETRI, el Comité Paralímpico Español o Santalucía e Iberdrola, sería imposible
Por último y agradeciendo a Santa Lucía, como patrocinador del equipo nacional del paratriatlón, Iberdrola. la Federación, o el propio Comité Paralímpico, explicó que “sin su ayuda sería difícil. No soy 100% deportista porque trabajo, menos horas y con su ayuda, pero tengo que seguir trabajando y aún queda camino, pero se han dado grandes pasos”.