La base de la Selección española y del Perfumerías Avenida repasa la temporada y analiza el EuroBasket en esta entrevista en Visibilitas
Son chispazos geniales sobre una pista. Trazos perfectamente diseñados de baloncesto. Mezcla el mover con templanza e inteligencia el balón con unos arranques eléctricos y voraces. Ese empuje en el juego, Silvia Domínguez Fernández (Montgat, Barcelona, 31/1/1987) lo cambia por una conversación cercana, tranquila y reflexiva cuando está fuera de pista en una charla. Un año brillante para la base catalana en Perfumerías Avenida, que enlaza ahora con la Selección española para el campeonato de Europa en la República Checa, todavía con el barniz plateado de los Juegos Olímpicos de Río 2016 en la piel; dice todavía que se le pone de gallina recordando todo aquello de Brasil. Pero ahora, es momento de pujar por otro reto más para la historia del baloncesto femenino español. En la orquestación del juego estará con Laia Palau y con Leticia Romero.
Silvia Domínguez atiende a Visibilitas a poco del EuroBasket. Tres medallas tiene ya de Europeos: el oro de Francia 2013 y sendos bronces en Letonia 2009 y Hungría-Rumanía 2015. No queda ahí la cosa con la selección, pues hubo plata en el Mundial de Turquía 2014 y siempre la mágica plata olímpica de Río.
Finalizada la temporada para los clubes, llega el momento del EuroBasket. Para las internacionales no hay descanso. No importa. Si algo quiere siempre quien compite verazmente es más. La preparación de la Selección española, que dirige Lucas Mondelo, se ha desarrollado entre San Fernando, Torrelavega, Koltrijk (Bélgica) y Mulhouse (Francia). Es turno del Europeo. Y el arranque es ante Hungría (próximo viernes, 20:30 horas).
«Hemos hecho una buena preparación. El hecho de que todas hayamos acabado la temporada hace poco permite que lleguemos en un buen momento de forma. Sí que es verdad que a veces arrastras molestias y esas pequeñas cosas, pero nos cuidan muy bien, tenemos una preparación muy al detalle… y lo más importante es que siempre hay ganas de estar en la Selección y eso facilita mucho las cosas», cuenta Silvia respecto al pulso con el que llega el combinado nacional al torneo, al tiempo que concreta que «hemos crecido bastante durante la concentración. Veo al equipo bien. Pero es verdad que veo un Europeo muy corto, de diez días, y siempre es complicado, porque tienes que empezar desde el primer día muy bien. Hasta que no estás allí no sabes si todas esas sensaciones que tienes son las buenas o son las correctas o vas a estar a ese nivel».
Todo el mundo es capaz de mirar a derecha y a izquierda y ver a la compañera que tiene, ayudar, comprender, es un lujo disfrutar de este equipo
Nueve días habrá entre el arranque del EuroBasket y la final. Un torneo muy comprimido. Todavía más, por tanto, hay que minimizar los errores. La cuestión es cómo sostener bien la tensión para ese espacio temporal con un Europeo en juego: «Hay un componente físico, que es el hecho de que no podemos entrenar como locas, porque tienes que estar físicamente a tope en esos nueve días. Entonces la carga no puede ser muy grande, pero a la vez a nivel táctico somos un equipo que coge las cosas muy rápido. Es verdad que añadimos y cambiamos algunas cosas, pero al final las ganas de competir, de intentar seguir subiéndonos al podio, de estar ahí,… lo puede todo».
España se encuadra en el grupo A con Hungría, Ucrania y la República Checa, anfitriona además del campeonato de Europa de baloncesto femenino. «Creo que es un grupo trampa. Ucrania está en él porque en las ventanas de noviembre-febrero fue capaz de ganar a Serbia, la actual campeona de Europa, y eso dice mucho de esta selección. La República Checa es la anfitriona y la última vez que lo fue de un Mundial, en 2010, fueron subcampeonas del mundo. No puedes fiarte absolutamente de nadie. Los partidos de la fase son muy importantes, los puntos son muy importantes. Se prevé que vamos a tener un cruce muy duro. Todos esos partidos de la fase previa hay que tomárselos a tope cada uno en su momento, partido a partido, y crecer durante la competición para llegar al momento clave con las mejores sensaciones», comenta la base barcelonesa sobre el cuadro de la selección.

En el recuerdo cercano, menos de un año atrás, está la plata olímpica lograda en la final ante Estados Unidos en los Juegos de Río en agosto de 2016. Aquel metal, con sabor a oro incluso, parece que desde el entorno, por aquello de hacer castillos en el aire y pensarse invencibles, la exigencia pasa por el Europeo. Pero obviamente la reflexión realista y también responsable de las jugadoras y equipo técnico es diferente.
«Siempre hay debate con esto. Siempre tenemos pensamientos diferentes a lo que nos llega de fuera. Y lo que nos llega de fuera es, que yo lo entiendo porque venimos de ser subcampeonas olímpicas, que optamos al oro, que hay que ganar el campeonato de Europa. Bien, es normal que se piense en eso. Pero todas tenemos en mente cosas que pasaron cuando se habló del oro en 2011 y, sin embargo, cuando no se habló de ello en 2013 sí lo ganamos. Sabemos cuál es el camino. Sabemos que hay rivales en Europa que son más duros de los que a veces te puedes encontrar en un Mundial o en unos Juegos Olímpicos. Sabemos que los equipos han subido de nivel, que las jugadoras nacionalizadas en algunas selecciones hacen que incremente el nivel de esas selecciones, y veo a bastantes selecciones que pueden hacer un oro o una plata o quedarse fuera de las medallas. Hay seis o siete selecciones que pueden quedar sextas, pero perfectamente pueden ser oro o plata. Dice mucho de la exigencia que va a tener este campeonato. Nosotras ahora pensamos en la fase previa, en esos tres rivales», subraya Silvia Domínguez.
Sabemos que hay rivales en Europa que son más duros de los que a veces te puedes encontrar en un Mundial o en unos Juegos Olímpicos
¿Y para ello cómo ve al grupo la base de Montgat? «Las jugadoras nuevas que han entrado en el grupo han traído mucha fuerza y eso siempre es bueno, porque no deja que nadie se relaje. Vienen sin complejos. El ambiente como siempre es fabuloso. Parece que sea un tópico cuando hablamos de cómo es este vestuario. Se puede pensar que con el paso de los años crecen las competencias o hay jugadoras que tienen distinto rol en su equipo que en la selección y puede que haya gente que no esté conforme, pero aquí es todo lo contrario. Todo el mundo es capaz de mirar a derecha y a izquierda y ver a la compañera que tiene, ayudar, comprender, es un lujo disfrutar de este equipo. Como dice a veces Lucas, no somos una selección que somos un equipo, sino que somos una familia».
Es inevitable durante la conversación retroceder unos meses en el tiempo y asomarse de nuevo al balcón de los Juegos Olímpicos de Río y Silvia se refiere a ello con la perspectiva del tiempo: «Me sigue pareciendo increíble. Era algo que pensábamos que podíamos hacer, que queríamos conseguir una medalla olímpica… Cuando nos enteramos de la lesión de Sancho Lyttle sí hubo un poco de bajón antes de viajar a Río, pero se incorporó Astou, que ya había estado con nosotras en el Europeo del año anterior, creció muchísimo y nos aportó muchísimo… Y fuimos poco a poco ganando, ganando, ganando durante el campeonato… y sí hay un momento clave, en cuartos de final, como cada campeonato que jugamos siempre se nos atraganta un poco el partido de cuartos, pero era a vida o muerte. Y nos dio el empujón para pensar que podíamos hacer algo histórico. Ya lo habíamos hecho, que era luchar por medallas, pero encima meternos en una final olímpica… estoy hablando ahora y se me está poniendo la piel de gallina. A lo que hicimos le doy el valor de lo difícil que es hacerlo… No sé si tendremos más oportunidades, si estaremos ahí o no, pero hemos hecho historia, lo que significa que es muy complicado».

Revisadas las sensaciones del grupo, del bloque de la selección española, Domínguez cuenta cómo llega particularmente al EuroBasket: «Aquí tengo un rol diferente a lo que estoy acostumbrada durante toda la temporada en Perfumerías, porque juego muchísimos minutos, tengo mucho peso y muchas responsabilidad allí. Y aquí se delega más en otras jugadoras y mi carácter aquí es de jugadora que sale de rotación y es un poco más revulsivo, un cambio de ritmo a veces. Considero que he crecido durante los años, que tengo diferentes registros y que puedo aportar en diferentes momentos lo que se me pida. Yo estoy encantada. Sí es verdad que tengo a Laia Palau ahí que es una de las mejores bases del mundo y es un aprender cada día, seguir creciendo, compartiendo, ayudando. Estoy preparada siempre para lo que sea, pero sé que Laia, que está jugando a un nivel increíble en los últimos años, está ahí y es quien tiene mayor peso».
Para Silvia ha sido también una temporada histórica con Perfumerías Avenida. «Se ha hecho historia para el club con un triplete —Liga Femenina, Copa de la Reina y Supercopa—, hemos estado a un paso de la Final Four en Euroliga, que al principio de la temporada se veía muy lejos como posibilidad y luego nos quedamos a poco, a un partido, a una victoria. Se ha hecho una gran temporada y para la que viene el listón está muy alto, pero estoy muy contenta con ésta», cuenta la base, al tiempo que bromea con la conquista de la Copa, que se resistía a entrar en un palmarés espectacular: «Eso merece un capítulo a parte. Me estaba preocupando ya el tema de no tener una Copa, te lo tomas a risa, pero fue súper especial ganar la Copa, de la manera en que ganamos, que tuvimos que pelearlo bastante y es un recuerdo que te queda de por vida».
Sobre el éxito: Al final es el trabajo del día a día el que te lleva ahí y sabes que sin eso no existe lo otro
Silvia Domínguez cuenta con una hoja de servicios trufada de éxitos. Además de los logrados con la selección, a nivel de clubes tiene Ligas, Copas, Supercopas, Euroligas (tres con Avenida, Ros Casares y Ekaterimburgo)… La clave es en cómo una jugadora sostiene la situación y mantiene los pies en la tierra, porque es obvio que el competidor siempre quiere más y nunca se cansa de ganar: «Al final es el trabajo del día a día el que te lleva ahí y sabes que sin eso no existe lo otro. Pienso que para llegar a ganar antes se han perdido muchas cosas y yo he perdido muchísimas finales al principio, cuando era más joven, con 20-21 años. Siempre estaba perdiendo las finales contra el Ros y tal. Y eso hace una experiencia. Y cuando empecé con la selección pues venían algunas medallas, pero ahora es como algo habitual. Sé por qué se consiguen y por qué se llega a estos éxitos y que si se deja de hacer todo lo que es el día a día no se va a llegar ahí. Al final, los retos que te marcas como deportista son a corto plazo. Quieres disfrutar de lo que llega al final de la temporada, pero cada día cuando te levantas sabes los pasos que tienes que dar para que eso suceda».
El cierre de la conversación está sujeto al recuerdo de una jugadora que esta temporada se ha retirado como es Noemí Jordana: «Es una jugadora referencia. Empezó en un proyecto que es Siglo XXI que ha dado grandes jugadoras al baloncesto español. Tiene una trayectoria increíble y ha estado jugando al más alto nivel hasta el final. Lo que me gustaría es que muchas jugadoras jóvenes, todas, pudieran saber quién es y quién ha sido Noemí Jordana. Para que sepan cómo se llega ahí, cómo se mantiene una jugadora tantos años en la elite… Noe ha hecho más grande el baloncesto femenino y que siempre haya estado en equipos españoles ha ayudado siempre a que la liga femenina siga estando en un buen nivel».
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