El binomio que forma la nadadora en el Dúo con Carbonell está proyectando notables sensaciones de cara al Mundial de Budapest y más hacia Tokio 2020
Cada día le remueven los adentros una mezcla de ilusión por el reto que se le ha confiado junto a Ona Carbonell y de nervios por la responsabilidad y las ganas por nadar hacia la perfección que implica un renovado ciclo para la natación sincronizada española hacia los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020. En todo caso ha recogido con confianza y un diligente crecer en su madurez deportiva, a sus tiernos 21 años, ese afinar el Dúo con Carbonell y, al tiempo, formar con el equipo para el regreso olímpico. Paula Ramírez Ibáñez (Barcelona, 23/4/1996), estudiante de Administración y Dirección de Empresas, en la sincero desde los siete años, y perteneciente al CN Kallípolis, fue elegida para sustituir a la eterna Gemma Mengual en el cambio generacional como pareja de Ona.
Paula aspira a que Carbonell y ella parezcan ‘hermanas gemelas’ en el agua. En el área tecnica, con Esther Jaumà a la cabeza, aplauden la mejora técnica que refleja, el trabajo incondicional y la capacidad que está mostrando para adaptarse a la estrella de la sincronizada española. Recientemente, la RFEN y ASISA programaron una exhibición de las rutinas (Solo, Dúo y Dúo Mixto) para el próximo Mundial FINA de Budapest. Y Paula Ramírez atendió a Visibilitas en una entrevista reflexionando sobre esa responsabilidad confiada y asumida, sobre el campeonato del Mundo o el horizonte hacia Tokio.
«Estas exhibiciones nos van muy bien para ir practicando y trabajando lo que son los nervios, porque hay muchísima presión. Existen esos nervios, pero estoy muy ilusionada. El Dúo con Ona va bien. Todo el mundo está hablando muy bien de nosotras. Por lo poco que hemos competido juntas tenemos buenas sensaciones y más ganas de competir», explica la barcelonesa.
Sincronizamos bastante bien y eso es lo más importante en este deporte y no es nada fácil
Ramírez, que también forma parte del conjunto, considera que «somos un equipo súper joven, hemos hecho unas coreografías nuevas que se adaptan mucho a nosotras y disfrutamos nadando. Creo que a la gente le va a gustar mucho. Hay muchas ganas de presentarnos ya».
La capitana de la selección española, Ona Carbonell, prepara también el Solo. Muy de cerca y apoyando en su preparación está Paula, quien cuenta que «con el Solo la veo mejor que nunca. Ha mejorado muchísimo y las dos coreografías que ha montado este año junto creo que son increíbles y creo que va a hacer un papel genial».
Paula es la quinta pareja para Ona en el Dúo en los últimos cinco años. Con la nadadora barcelonesa la selección busca que Carbonell encuentre también el binomio ideal y la continuidad para el ciclo hacia Tokio: «Respecto al Dúo, para ella no tiene que ser fácil, porque lleva muchos cambios de pareja y sé que al final acaba siendo duro seguir al mismo ritmo cuando se dan tantos cambios. Pero creo que le estoy dando un aire fresco y seguridad y la veo muy contenta y con ganas de competir».
Paula Ramírez comenta respecto a sus sensaciones que «sientes agobio, presión, nervios por la responsabilidad y la oportunidad. Siempre tienes cosas por mejorar, pero la verdad es que la seguridad que me transmiten Ona y Esther Jaumà, que me está ayudado muchísimo y es como mi madre hablando de la sincro, es una gran apoyo, que me permite calmar los nervios y ganar en confianza trabajando mucho».
Un binomio. Una pareja. Un Dúo. Dos nadadoras aportando para lograr sincronizar a la perfección. «La experiencia que tiene Ona no tiene nada que ver con la mía. Es una chica súper madura, que me ha enseñado a nadar con esta madurez y me ha aportado mucha tranquilidad, mucha seguridad, me ayuda muchísmo en cualquier problema que pueda tener tanto dentro como fuera del agua. Tanto a nivel técnico nadando, como a nivel psicológico, como deportista fuera del agua… Está siendo como mi hermana y me está ayudando más de lo que me esperaba», asevera la barcelonesa.
¿Y qué considera que aporta ella al Dúo y en el equipo? «Creo que a Ona le doy bastante seguridad, porque sincronizamos bastante bien y eso es lo más importante en este deporte y no es nada fácil. Y en el equipo lo mismo, dentro de que somos un conjunto muy joven, yo incluida porque no llevo tantos años en este deporte como por ejemplo Ona, creo que la poca experiencia que tengo se la transmito a las más jóvenes, que tienen algunas 16 años, y todo lo que estoy aprendiendo con Ona también intento transmitirlo al equipo».
Esta semana participarán en el Open de Estados Unidos en Nueva York. Pero la selección tiene en mente la preparación para el Mundial de Budapest. La gran cita de la temporada. Y de fondo está el cómo se mostrará esta pareja que ya viene acumulando horas de piscina y competición: «De momento, parece que va bien y tenemos ganas de demostrar que aunque nos llevemos seis o siete años somos un Dúo maduro y que llegamos a sincronizar muy bien. Respecto a las coreografías, son las mismas que hicieron Ona y Gemma en los Juegos de Río —un flamenco precioso y la temática sobre el agua—».
El equipo prepara sus rutinas en base al tema musical California Dreaming (técnico) y para el libre pulen ‘Epic’ con el apoyo de música épica de aventura. ¿Qué busca en Budapest? «Es un objetivo muy grande, un reto muy grande y lo afronto con muchísima ilusión. Tengo ganas de llegar y nadar ya. Tenemos ese punto de nervios, pero toda la selección estamos trabajando duro para ir sobre seguro».
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