Una conversación con Silvia Soler-Espinosa (Elche, 1987) se conjugaba en una narración de pasión, de sacrificio, de un relato sobre cómo darlo todo en cada entrenamiento y cada partido, y en cada uno de esos lugares del mundo a los que el circuito de tenis le llevaba. Persona de las que sonríen siempre y, especialmente, cuando se refería a aquello que abrazó: el tenis. La jugadora ilicitana anunció este viernes su retirada definitiva del tenis profesional a través de una emotiva carta publicada en sus redes sociales. La que fuera número 54 del ránking mundial estaba apartada de la competición desde hace poco más de un año a causa de una delicada lesión de cervicales.
Silvia Soler, de 32 años, dice adiós al tenis tras ser un pilar en la selección española de Fed Cup de la última década, desde su debut en 2012, año en el que fue subcampeona de España y disputó los Juegos Olímpicos en Londres. Ese miso 2012, logró su mejor clasificación personal antes de alcanzar las dos finales de su carrera en el circuito en Estrasburgo (2014) y Bogotá (2016).
Carta de Silvia Soler-Espinosa:
Querido tenis:
Me enamoré de ti con solo 5 añitos, en Elche. Mis padres solían jugar su partido de dobles con los amigos y mis hermanas y yo empezamos a tener el primer contacto con una raqueta.
Me cautivaron esas clases en las que me divertía muchísimo y que siempre terminaban contando un chiste para despedirnos hasta el próximo fin de semana.
Junto a ti he vivido los mejores momentos de mi vida; me has enseñado sobre el deporte y sobre la vida. He crecido contigo y también hemos sufrido juntos. Hoy te escribo esta carta porque después de muchos años disfrutando , gracias a ti, de una vida privilegiada, tengo que decirte adiós. Es un adiós desde el cariño, porque desde que era pequeñita descubrí que eres mi pasión y eso seguirá siendo así de por vida, pero ha llegado el momento de disfrutarte desde otras perspectivas.
Quisiera darle las gracias en especial a mis padres, mis hermanas y a Blanca; sin ellos esto no hubiese sido posible, su apoyo incondicional ha sido el mejor de mis pilares.
En este camino, pese a la soledad que siempre se asocia a vivirte, tuve la suerte de seguir rodeada de mis amigos de siempre, y pude formar equipos con profesionales que siempre buscaron lo mejor para mí y de los cuales aprendí muchísimo.
Si hay algo que en este precioso viaje me ha enseñado la vida es que los sueños se pueden hacer realidad y que sólo el trabajo te puede acercar a ellos.
Te quiero tenis, desde el primer día que te vi!
Hasta siempre,
Silvia