El triunfo de la de Puerto Llano, que se suma al oro de Susana Rodríguez, coloca el medallero español en 19, superando a Tokio 2020
ATLETISMO | JUEGOS PARALÍMPICOS DE PARÍS 2024
Por SANDRA PANIAGUA (ENVIADA ESPECIAL A PARÍS).- La jornada de triatlón dio a la delegación española muchas alegrías a lo largo de esta mañana. El Puente Alexander III se vestía de gala para una exigente prueba como es el triatlón paralímpico, pero más si cabe por el circuito diseñado por el sena y las calles de París. Marta Francés logró la plata en su categoría PTS4, esta presea se sumaba al oro de Susana Rodríguez, así como el cuarto puesto de Eva Moral, el quinto de Andrea Miguelez y la entrada en meta de Rakel Mateo. A los éxitos cosechados por las atletas españolas se sumó el oro de Daniel Molina y el bronce de Nil Riudavets.
La mañana había comenzado fresca en los alrededores del Puente Alejander III, Marta Francés templaba los nervios que llevaba días sintiendo y se lanzaba al agua como si no hubiera un mañana. Nadó en el Sena peleándose con sus compañeras de prueba. Llegaron en grupo y conseguir mantener la posición era fundamental para luchar eficientemente contra las corrientes. «Solo tenía ganas de salir del agua y coger la bicicleta, a ver si así podía ir más sola», reconoció la atleta española. Y así fue, salió del Sena segundos después de la primera atleta, la inglesa Megan Richter. Le quedaban 20 kilómetros, cinco vueltas al circuito, cinco veces pasando por el arco de meta (los atletas lo veían a su derecha), antes de bajarse de la bici, cambiarse de zapatillas en la transición y correr los cinco kilómetros que le separaban de conseguir un sueño. La de Puerto Llano no era consciente de la posición que ocupaba en la carrera, «pensaba que era quinta», explicó. Pero la avisaron, le dijeron que iba segunda y Francés apretó los dientes y corrió, corrió para que no se le escapara aquello por lo que había luchado tanto. Francés cruzaba la línea de meta en 1:15:10.

«Me ha costado mucho, esta plata sabe al premio de mi vida. He pasado tanto desde pequeña que esto es el premio de mi vida. Tengo que estar agradecida a la vida entera de que me haya dado esta oportunidad y, sobre todo, de que la haya podido aprovechar. Se lo dedico a mis padres, que además estaba todo el mundo animando en las calles de París», apuntó entre sonrisas la atleta.
En cuanto al circuito, la española señaló que «ha sido muy duro, llevo seis años en triatlón, mis compañeros llevan muchísimo más, pero en estos años no he hecho un triatlón tan duro en mi vida. Porque el agua, la ida muy bien, con la corriente a favor, pero una vez que das la vuelta a la boya, te vas parando», explicó la española y añadió que «. Hoy «es verdad que había algo menos de corriente que el de familiarización, pero aún asís eguía habiendo corriente».

El mérito de acabar
El triatlón tuvo en su segunda prueba femenina a Rakel Mateo como protagonista, la triatleta vizcaína completó la prueba en última posición, pero el solo hecho de llegar a cruzar la meta ya fue un verdadero logro. Mateo sufrió en exceso durante toda la prueba y así se reflejaba al parar el crono cuando tuvo que ser asistida. A pesar de ello, el rostro reflejaba el orgullo de haber completado un nado excesivamente duro, los 20 kilómetros de bici sobre los adoquines parisinos y los cinco de carrera hasta el Puente Alexander III.
A pesar de las corrientes del Sena, Rakel Mateo llegó la novena a la primera transición, no obstante, tal y como ella misma comentó al terminar, los kilómetros de ciclismo se le hicieron muy largos. Con los botes provocados por los adoquines, la prótesis sufría en exceso y eso fue minando a la atleta española. A pesar de todo, Rakel Mateo, una luchadora nada, quiso continuar y cumplir con el objetivo de cruzar la meta de sus terceros Juegos Paralímpicos. Sabía que en la carrera iba a sufrir debido a la lesión que hace unos meses había sufrido, pero se armó de valor y levantó los brazos al cruzar el arco de meta con un tiempo de 1:40:16.
«Hablaban de la bacteria y la salubridad, pero para mí la corriente era lo más complicado y lo que más me preocupaba. Además, la bici, llevo un imán para acoplar la prótesis y era complicado porque había que ir acoplándola. Si se salí estaba perdida. Y, a todas estas complicaciones, sumamos que hace un par de meses me lesioné y sabía que la carrera iba a ser muy dura», explicaba Mateo que, emocionada añadía, «lo importante para mí es que he logrado cruzar la meta de mis terceros Juegos Paralímpicos. Ese era mi objetivo, no puedo reprocharme nada porque no me ha quedado nada dentro».
Quien también estuvo presente en el triatlón fue Andrea Miguélez, que finalizó su prueba de PTS5 en quinta posición llevándose de París un diploma en su estreno en unos Juegos Paralímpicos. La madrileña se mostró eufórica al llegar a meta, mantuvo durante toda la carrera la quinta posición y, aunque intentó alcanzar a la cuarta que la tenía muy cerca, como ella misma reconoció, no pudo ser. «Estoy emocionada, alegre, feliz. Esto es algo inigualable que no vive todo el mundo. Mis compañeros me lo habían dicho, pero no me lo esperaba», explicó. Respecto a la prueba, Miguélez señaló que «creo que el resultado es fruto de la adrenalina que tenía, además de todo el trabajo previo. Ha salido todo genial, como lo habíamos planificado y estoy muy contenta con el trabajo realizado».