WATERPOLO – CAMPEONA OLÍMPICA – JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS 2024
Por RAÚL COSÍN (ENVIADO ESPECIAL A PARÍS).- Final olímpica de waterpolo de La Défense de los Juegos de París 2024. España iba por delante en el marcador ante Australia con una renta de tres goles. El último cuarto se consumía, se esfumaba, se escurría. Y la posibilidad de ganar tenía una consistencia importante fruto del partidazo que la selección española había construyendo como en el caso de todos los disputados a lo largo del torneo. A falta de 1’49’’, Maica García Godoy (Sabadell, 17/10/1990) impulsaba el cuerpo sobre el agua, armaba el brazo y lanzaba potente sobre la portería de Palm y lograba batirla para el 7-11 para España. “Cuando marqué ese gol, con el que nos poníamos de cuatro a falta de menos de dos minutos, pensé: se ha acabado, que pase el tiempo que me va a dar algo”, decía Maica, pieza fundamental en la historia del waterpolo español tras un triunfo que significó que se proclamaran campeonas olímpicas.
Ellas, esa selección y equipo técnico, habían puesto al waterpolo español en lo más alto, en el cielo del deporte. Acabó el partido. Vimos cómo acabaron todos en el agua, cómo llegaban los abrazos con familiares, amigos y jugadoras que habían pasado y aportado a la historia de la selección, que estaban presentes, cómo llegó el momento de la ceremonia de entrega de las medallas y cómo las españolas subían al cajón más alto, porque habían luchado, se habían vaciado, habían competido solidarias siempre por ese oro. Y luego, realizadas las fotografías de rigor, con las emociones a flor de piel, pero al tiempo con serenidad llegaba momento para las reflexiones; solo había que escucharlas.
“Este oro significa que he tenido un camino precioso, que todo el recorrido que he hecho desde que entré en la selección en el primer equipo en 2007 ha valido la pena. He aprendido, he crecido, he evolucionado, me he adaptado y he tenido un camino envidiable y me diento súper agradecida, súper privilegiada de haber vivido todo esto. Y a la vez me siento orgullosa por haber llegado hasta aquí y poder decir que lo he ganado todo. Faltaba esta y ha sido increíble”, comentó la waterpolista a visibilitas.com.
Eran los cuartos Juegos Olímpicos para Maica. Subcampeona en Londres 2012, quinta en Río 2016, plata, de nuevo, en Tokio 2020, y finalmente este oro en París 2024. En su trayectoria internacional ya cumulaba nueve participaciones en Mundiales desde sus primeros en Melbourne 2007 hasta Doha 2024 con metales de oro (Barcelona 2013), plata (Gwangju 2019 y Fukuoka 2023) y bronce (Doha 2024). Sus éxitos junto a sus compañeras, lógicamente, se dieron en campeonatos de Europa, contando con seis medallas continentales (oro en 2014, 2020 y 2022; plata en 2008 y 2024, y bronce en 2018). Ganaron el oro en los Juegos Mediterráneos de 2018 en Tarragona. Y las preseas también las ganó en Liga Mundial y Copa del Mundo. Maica decidió hacer un ‘break’ con la selección en mayo de 2017 y no jugó el Mundial, pero en noviembre se reincorporó.
“Estoy muy orgullosa de todos los equipos en los que he estado a lo largo de estos años en la selección, de todas las compañeras que han estado, que han entrado, que han salido, que han aportado a este equipo, y la verdad que todas han dejado su huella y han hecho que hayamos conseguido este oro. Estoy orgullosa de todas ellas”, puso en valor a propósito de las generaciones depuradoras que han ido pasando por el combinado nacional.
De hecho, antes de disputarse la final, el equipo técnico les puso un vídeo en el que recibían el apoyo de compañeras que habían estado en ese proceso de varios ciclos olímpicos: “Me puse a llorar. No sabía nada, no me lo esperaba, me pareció precioso. De hecho, algunas estaban viendo la final en la piscina. Me emocionó, me dio un chute de energía, me hizo ver que todas han aportado y han estado empujando a este equipo y al waterpolo femenino para estar en lo más alto y ojalá sigamos ahí”.
Maica reflexionó también sobre la lucha y las ganas de querer más a lo largo de tantos años y éxitos así como mantener siempre la serenidad para conseguirlos: “Se hace creyendo en ello, creyendo en el trabajo, que no es solo de un día; estos Juegos han sido dos semanas con siete partidos y hemos ganado. Pero hay tanto trabajo detrás que la gente no sabe. Acaba una competición y ya estás pensando en la siguiente, y estás preparando tu cuerpo y tu cabeza para la siguiente. Yo me focalizo en el día a día, en disfrutar de esos momentos, los más difíciles, los más sufridos, los más divertidos, los más emocionantes, creo que todo cuando ganas y cuando pierdes nos aporta. A estas competiciones llegas mentalizada con lo que realmente quieres y luchas por eso”.
El oro olímpico una medalla muy especial: “Era la única que nos faltaba. Es especial porque creo que para los deportistas los Juegos Olímpicos son lo más grande que existe, la experiencia, la vivencia, los valores que significan, todo lo que vivimos en el día a día; se globaliza todo y se para el mundo durante dos semanas por y para nosotras. Te sientes grande en ese momento, es el momento de brillar y el oro es tocar el cielo”.
Maica echa la vista atrás. A sus comienzos. Su primer recuerdo del waterpolo es su hermano Víctor. Ella era nadadora, pero vio a su hermano disfrutar y con diez años cambió hacia el que acabó siendo su deporte para siempre y para ser una referente mundial en la posición de boya. Conseguido el oro, los recuerdos brotaron en la cabeza: “Los primeros han sido mis padres, mi hermano, mi familia ha sido lo prioritario y lo que han ayudado a que yo esté aquí. Me han apoyado desde bien pequeña desde que me aficioné con este deporte. Mis padres sacrificaron momentos de familia y de fin de semana y entre semana, horarios, descansar,… Me he acordado primero de ellos porque han conseguido que su hija esté aquí con este oro que hemos conseguido y que estén orgullosos de mí. He pensado también en el trabajo que he hecho, lo que he sacrificado porque no nos podemos olvidar de todo lo que pasamos nosotras, lo que sufrimos, lo que vivimos, lo que disfrutamos,… Y de mis amigas y mis compañeras por supuesto”. Sus padres no pudieron estar en la final, pero sí su hermano, su sobrina, su cuñada, y su marido.
Más allá de los aspectos y conceptos técnico tácticos que han definido a la selección de waterpolo, un concepto ha sido fundamental: la solidaridad como equipo, como amigas y compañeras. ¿Cómo es la selección? “Las más mayores, veteranas, sabemos todo lo que conlleva esta competición, el camino que hemos hecho, y para las más jóvenes les deseamos que todo esto lo disfruten. Quizás nosotras cuando empezábamos no teníamos a nadie que había vivido todo esto y fue muy nuevo todo, y fue un qué hacemos, cómo lo vivimos. Pero ahora podemos ayudarles en el proceso, en que lo disfruten, en que no tengan presión, que se todo más fluido”.
Maica puso en valor a sus compañeras de posición: “Mis boyas son lo más. La Leitón es la niña de mis ojos y Camus está apretando y tiene una posición muy importante. Lo que trato es de aconsejarles lo mejor que puedo, de trasladarles mis valores, de explicarles técnicamente mis trucos, todo lo que sé del waterpolo. En cuanto a todas las compañeras, estoy a tope con ellas y sé que viene una generación muy potente y va a haber waterpolo para rato”.