Esencial. Referente del waterpolo español e internacional. Maica García Godoy (Sabadell, 17 de octubre de 1990) se recupera tras operarse de la mano en estos tiempos de bloqueo del deporte por la pandemia del coronavirus. La boya del CN Sabadell y de la selección española espera la vuelta a los entrenamientos y a la competición, y el horizonte en Tokio 2021 es un objetivo claro en clave de medalla, esperando cambiar la plata olímpica de Londres 2012 y más aún el diploma de Río 2016 por el soñado oro.
Tiene el zurrón repleto de éxitos con la selección española. Además de la plata londinense o el quinto puesto brasileño en el marco olímpico, suma corona histórica lograda en el Mundial de Barcelona 2013 y la plata mundial de Gwangju 2019, también en clave continental sendos oros en Budapest 2014 y 2020, y un bronce en Barcelona 2018. La selección también se hizo con el oro en los Juegos Mediterráneos de Tarragona 2018. La extensión de logros se extiende a nivel de clubes, siempre con el CN Sabadell, con títulos nacionales (Ligas -13-, Copas -12- y Supercopas -10-) e internacionales (Copa de Europa -5- y Supercopas de Europa -3-).
Maica García, en declaraciones ofrecidas por el servicio de prensa del Comité Olímpico Español (COE), reflexiona sobre su recuperación tras la intervención en la mano, en cuanto a los tiempos de la covid-19 y sobre los objetivos y sueños que se marca con el regreso de la competición.
«La operación ha ido genial, he tenido que aprovechar estas circunstancias para quitarme el metal del año pasado que todo sucedió un poco a contrarreloj y estoy contenta con el resultado de momento y ahora a recuperarme lo antes posible para estar al 100% también lo antes posible», explica la waterpolista de Sabadell, al tiempo que recuerda cómo fue la vuelta al contacto con el agua tras el confinamiento: «Lo de estar tanto tiempo fuera del agua ha sido complicado, han sido meses duros y mucho trabajo en casa tanto psicológico como físico, pero bueno creo que la situación lo ha requerido y lo he llevado de la mejor manera, había días y días, pero creo que tenemos que aprender de esto, hemos vuelto al agua y la verdad que muy felices y con muchísimas ganas de volver a competir».
García Godoy relata que el primer día que volvieron a la piscina «había muchísimos nervios de ver cómo nos sentíamos, las sensaciones, yo recuerdo flotar la verdad es que no sentía ni el peso ni los músculos dentro del agua y creo que todas estábamos en la misma situación, fue una sensación muy extraña después de tantísimos años sin llevar tanto tiempo sin tocar agua, fue una sensación muy extraña, pero a la vez muy confortable y nada muy contentas de la vuelta y de poder estar juntas otra vez».
La internacional española lamentó que su deporte, como tantos otros, no pudieran reanudar su actividad competitiva como profesionales que son y sí el fútbol o el baloncesto: «No fue una crítica, yo creo que todos los deportistas entrenamos y vivimos el deporte a flor de piel, era simplemente la envidia de poder volver a competir, que es cuando todos los deportistas demostramos en qué momento estamos, no fue una crítica, creo que es algo envidiable y todos tenemos muchísimas ganas de volver a competir y de encontrarnos».
En clave puramente deportiva -y económica-, la suspensión de los Juegos de Tokio 2020 significó la decisión más dura y de calado en el universo deporte: «El aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio en el primer momento fue duro, pero creo que es lo más responsable y lo más aceptable después de la situación que estamos viviendo, al final tiene que prevalecer la salud mundial y el deporte queda en un segundo plano, es lo más responsable. Esperemos que para el año que viene podamos estar al 200% y dar lo mejor de nosotras, al final es verdad que tenemos un año más y vamos a llegar de la mejor forma. El estar en el Equipo Olímpico por supuesto que para mí es un orgullo y volver a disputar unos Juegos, para nosotras es un sueño más, todas mis compañeras estamos esperando y deseando que llegue el momento».
La boya de Sabadell recuerda sus inicios en el waterpolo y el hecho de entrenarse para una posición tan dura: «De pequeñita tenía unas cualidades físicas que otras no tenían y los entrenadores mismos fueron un poco decantando esa posición para mí y con los años tuve que empezar a creérmelo y si quería llegar a conseguir mis sueños pues tenía entrenar más duro y crecer como jugadora, con los años le he cogido cariño pero si hubiese tenido que elegir creo que no elegiría esta pero también tengo que decir que estoy contenta y feliz porque soy una jugadora muy competitiva y me gustan esas batallas “de tú a tú” que tenemos en esa posición».
De aquellos inicios a dar forma a un recorrido brillante como el relatado en líneas anteriores plagado de éxitos tanto con la selección española como con el CN Sabadell ¿Y qué sueños tiene pendientes?: «Creo que mi sueño es bastante claro, yo soy de ideas claras, me falta la medalla de oro olímpica que es con la que sueño casi cada noche y ojalá llegue ese momento y poder vivirlo con todas mis compañeras para mi es un sueño y espero que quede poquito para ello».
Más allá del deporte, Maica es empresaria. «Aparte de waterpolista también tengo una peluquería en San Cugat y la verdad es que el post confinamiento fue complicado por el tema de todos los ERTEs y todo el tema de la economía del país, creo que han sido momentos muy duros para todos, pero bueno pudimos llevarlo como supimos, tanto para la seguridad de nuestros trabajadores como para la de nuestros clientes, tenemos que ser responsables con la situación. Estamos contentos porque seguimos funcionando y estamos trabajando bien, aparte de eso llegaron casos curiosos, pelos desastrosos, etcétera», relata.