Por Merche Peris*
Una vive estos días muchas sensaciones positivas. Estoy emocionada de ver el movimiento que hay y la implicación de muchísima gente de cara a este Día Internacional de la Mujer. Esto me da que pensar que las cosas están cambiando. En mi caso, gracias a Dios, nunca he tenido que sufrir ninguna diferencia a nivel de machismo, ni en el deporte, ni fuera de él.
Me siento afortunada en ese sentido, porque después de ver a todas las mujeres que sí han tenido esas situaciones, de escucharlas, de conocer casos, de ver las diferencias de salarios, el diferente trato,… la verdad es que no sé cómo hubiera reaccionado. Seguramente bastante mal. No lo entiendo. No me entra en la cabeza el concepto de machismo hoy en día; ni hoy ni nunca claro. He tenido la suerte de no encontrarlo nunca personalmente y seguro que no hubiera reaccionado o no reaccionaría nada bien.
Como digo, estoy emocionada, es hora del despertar de la mujer; de un despertar global. Desde luego que la historia ha dejado muchas luchadoras y personas despiertas al respecto. Pero en global llevamos dormidas mucho tiempo; es hora de despertar y de poner en valor que la mujer es muy poderosa y de poner en valor su papel en la sociedad, que como poco es igual que el del hombre.
Y el hombre que pueda tener esos pensamientos machistas tienen que saber y entender que no permitimos esas actitudes. Y gracias al movimiento del Día Internacional de la Mujer lo debemos dejar claro. Poco a poco, gracias también a ese movimiento, hay que conseguir que las mujeres que estén dormidas despierten y se pongan en valor y se dejen de permitir ciertas situaciones.
Las cosas están cambiando, si bien aún hay mucho que hacer. Tanto hombres como mujeres deben luchar por erradicar los comportamientos de desigualdad vengan de donde vengan. Somos iguales y no hay que poner obstáculos en ningún caso. Las mujeres somos megapoderosas y estamos en ese despertar.