WATERPOLO – CAMPEONA OLÍMPICA – JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS 2024
Por RAÚL COSÍN (ENVIADO ESPECIAL A PARÍS).- El nombre de Anni Espar i Llaquet (Barcelona, 8/1/1993) resulta indispensable, esencial, clave en la historia del waterpolo y del deporte español. Persona serena, cercana, de un discurso perfectamente construido y que siempre mantiene un tono humilde. Su perfil deportivo, a la postre su estilo de vida, que forma parte en la construcción de su carácter, proyecta una figura referente, de un nervio competitivo implacable y de unos rasgos ejemplares. Su trayectoria deportiva está trufada de éxitos, pero siempre ha estado vinculada a la honestidad y la serenidad.
Por clubes su historia comenzó en el Mediterrani, siguió en Sabadell, tuvo un periodo fuera de España, donde ya había ido acumulando trofeos nacionales e internacionales, con sus estancias con el estadounidense USC Trojans, cuando estudió en la Universidad de Carolina del Sur, donde ganó la NCAA, y posteriormente en la liga australiana, que ganó con el Sidney University Lions. Su regreso a casa también conllevó al tiempo el paso al Mataró. Con la selección española es un pilar fundamental. Y lo fue con las categorías inferiores y tras su aterrizaje con la absoluta, siendo esencia de la historia dorada de la selección en Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos. Las medallas de plata y bronce ya las tenía en el zurrón en todas las competiciones. También el oro en campeonatos del Mundo y del Viejo Continente.
Y llegaron los Juegos Olímpicos de París 2024. Cuarta participación para Anni Espar. En los tres anteriores, dos medallas de plata. La ganaron en Londres 2012, no hubo presea en Río 2016, y de nuevo subcampeonas en Tokio 2020. Y París fue una fiesta. Porque compitieron mayúsculas en todos y cada uno de los partidos, con un pleno de triunfos. Y, por tanto, porque llegó el merecido e incluso ansiado oro olímpico. «Es un sueño hecho realidad conseguir este oro después de tantos años y de tantas finales», aseguró a Visibilitas.com.
«Dentro de mí había algo que me decía que esta vez era la que conseguíamos el oro. Que estábamos haciendo muy bien el trabajo; luego está claro que puedes hacer el mismo trabajo y luego no ganar, pero creo que de la manera que nos preparamos y de la manera que estábamos jugando era difícil que se nos escapara. A veces es eso, sentirlo. Sentir que el equipo estaba preparado e ir a por ello», valoró la barcelonesa.
Premio a mucho trabajo. Muchos años. Muchas fases. Un crecimiento continuo. La consecución de la triple corona como campeona (campeonas) de Europa, del Mundo y Olímpica: «No concebía perder esta al final, aunque era algo que podía pasar. Pero al ver a las australianas (rivales en la final olímpica) celebrar tanto la plata, pensé que yo ni en Londres lo celebré así. Queríamos ese oro; una plata, al menos para mí, hubiera sido una decepción. Llevaba soñando con este oro desde Londres».
La sensación de ese oro fue cristalizando a menos de dos minutos para el final del partido ante Australia: «El gol de Maica a menos de dos minutos poniéndonos cuatro arriba fue un momento importante, pero sabíamos que un partido así podía volverse en contra, y nos dijimos las unas a las otras que debíamos seguir y que no nos podía pasar como contra Países Bajos. El partido no estaba acabado y había que ir hasta el final a muerte». Una clave fue la que definió una parte importante de los planteamientos de cada partido de los Juegos: «El trabajo defensivo desde la portería era clave como venimos trabajando».
Era la cuarta final olímpica. Sendas platas en Londres y Tokio. Anni Espar explicó respecto a esta edición a modo de valoración que «se ha trabajado muy bien cada vez que se ha llegado a una final olímpica, pero en esta ocasión hemos puesto algo diferente. Evidentemente, desde el principio pusimos mucho trabajo, pero la comunicación que ha puesto el equipo cada día, el plus que ha puesto el equipo, la concentración que hicimos en Sierra Nevada, que fue muy dura, pero muy necesaria. Todo ha sumado un poco más. Un camino duro pero sentíamos que era algo especial. Estoy muy orgullosa de todas mis compañeras».
«Antes del partido vimos un vídeo de compañeras que ya no estaban, en las que estaba, por ejemplo, Andrea Blas, una de las históricas, pero que estuvo con grandes éxitos, Lorena Miranda, mi hermana Clara,… me ha dado un chute de adrenalina. Quiero hacer mención a todas ellas y a compañeras que estuvieron también preparando estos Juegos pero que al final no estuvieron en la lista», concluyó a modo de reconocimiento a todas las jugadoras que han pasado por la selección, haciendo extensivo ese oro olímpico. Toda una referencia, mayúscula, serena, honesta, deportista veraz, es Anni Espar.