Tiempos complicados en el marco de la pandemia global para articular el deporte como la costumbre permitía disfrutarlo. Ajustes de las competiciones nacionales, incluso nuevas fórmulas de desarrollo por grupos, e igualmente sucede con las ventanas previstas para los compromisos de las selecciones más en año de Juegos de Tokio. Cuestión de adaptarse a las circusntancias. Referencia del waterpolo español es Bea Ortiz (Rubí, 1995), jugadora del CN Terrassa y de la selección absoluta femenina, que repasa en esta entrevista en Visibilitas.com la actual temporada, como la pasada, marcada por la Covid-19, la situación de su deporte o la proyección hacia los Juegos, en los que las selecciones femenina y masculina estarán presentes. Precisamente, el combinado femenino se reencuentra en breve para jugar la Liga Mundial en Budapest, ante Rusia y Holanda, los días 24 y 26 de marzo.
En el marco de la División de Honor Femenina de waterpolo, que entra en su fase final en las próximas semanas, recuerda que los primeros meses de temporada «sí que tuvimos un poco más de problemas para entrenar y poder competir; fueron los meses un poco más críticos del covid. Pero, a medida que ha ido evolucionando un poco la temporada, hemos podido seguir jugando con bastante normalidad y eso también se ha notado para seguir llevando un buen ritmo a lo largo de toda la temporada. La liga este año se planteó de una manera distinta a otros años. Hicieron diferentes grupos, de los que luego los tres primeros pasaban al grupo de arriba y los tres siguientes al grupo de debajo y luego nos enfrentamos unos con otros. Al final, es un nuevo planteamiento de liga que estamos todos probando y yo creo que de momento nos están saliendo las cosas bastante bien en Terrassa».
En referencia a ese formato distinto respecto a las anteriores campañas, cuenta que «son nuevas maneras de jugar. Creo que tampoco nos viene mal tener nuevos objetivos al afrontar de forma diferente la liga a cómo había sido hasta ahora. Estamos en un punto que todo nos viene bien. Lo único que queremos es jugar y competir y nos da igual el formato que nos pongan. Sí que es verdad que haciendo el formato que estamos jugando este año, tienes partidos más igualados dependiendo del grupo en el que acabes. Pero en momentos como el que estamos viviendo, los deportistas solo queremos jugar y competir».
Tiempos donde se pone más a prueba en la sociedad en general la resiliencia: «Es que creo que la situación que estamos viviendo, ya no solo los deportistas sino todo el mundo en general, nos está poniendo a prueba en muchos aspectos de la vida. Al final ganará el que sepa adaptarse a los cambios y a las situaciones».
Bea Ortiz, al tiempo, estudia Comunicación y Relaciones Públicas. «Es una carrera que me ha gustado siempre. Antes de empezar con esta carrera empecé Periodismo. No me desagradaba, pero vi que al final no era lo mío. Y el tema de la comunicación y las relaciones públicas, porque yo hago un grado doble que es comunicación audiovisual, publicidad y relaciones públicas, es un tema que me gusta mucho, que me tira».
Recientemente, en este mismo diario, publicó un reportaje derivado de un trabajo realizado en la propia carrera sobre cómo los deportistas, concretamente de su deporte, estaban viviendo la pandemia, las dificultades que habían tenido por momentos y la posibilidad de prepararse en igualdad de oportunidades en un marco próximo a los Juegos Olímpicos.
«Básicamente quise explicar la situación que los deportistas olímpicos vivimos en época de coronavirus. Porque al final nos cerraron los clubes como si no fuera algo esencial. Como si nuestro deporte fuera algo más que un deporte o un trabajo o un hobby. Que no es así. Y parece que la gente hoy en día no lo acaba de entender eso y entonces muchos deportistas nos encontramos, sobre todo las deportistas de agua, con que nos cerraron los clubes sin poder entrenar y sin poder competir y al final se nota. Estamos preparando los Juegos Olímpicos y no nos dan ninguna ayuda para poder seguir hacia delante», cuenta respecto a ese reportaje, en el que aparecen voces importantes del waterpolo. «Quise dar voz a esto y lo hice con la ayuda de jugadores, sobre todo de selección, que están en diferentes clubes de Cataluña y me ayudaron sobre todo a dar voz al reportaje y hacerles entrevista y unas fotos y la verdad es que lo plasmaron todos muy bien», explica.
¿Cuál es la conclusión de ese reportaje? «Simplemente, el hecho de que, a día de hoy, siguen existiendo esos deportes minoritarios que se les deja de dar importancia, porque en el momento que llegó la Covid-19 y se tuvieron que cerrar muchas cosas en ningún momento se planteó cerrar clubes de fútbol y los equipos de fútbol profesionales tuvieron sus facilidades para poder seguir adelante, poder seguir con la liga y poder seguir con todo. Cosa que nosotros no tuvimos y tenemos el mismo derecho y el mismo nivel y estamos entrenando para exactamente lo mismo. Entonces, lo que yo quería reivindicar un poco en este reportaje era que buscamos siempre igualdad, que aunque seamos un deporte minoritario pues estamos luchando para que deje de serlo».
Bea Ortiz, como deportista de élite, jugadora de waterpolo que vivió esa misma circunstancia recuerda cómo hizo en los meses del confinamiento para poder trabajar desde el punto de vista deportivo: «La verdad es que fue bastante complicado porque estuvimos tres meses sin poder tocar piscina y fue bastante duro. Pero sí que es verdad que nosotros no teníamos otra alternativa y tuvimos que adaptarnos bien a la situación y buscar otras formas de seguir en forma. En mi caso, por ejemplo, hacíamos entrenos diarios en casa todo más físico. Y de dos a tres veces a la semana hacíamos entrenos que nos los guiaba el entrenador cada uno desde casa a través de Zoom, a través de la aplicación de videollamada y hacíamos entrenos guiados por nuestro entrenador. Durante la cuarentena, con nuestro entrenador de selección hacíamos llamadas y nos iba preguntando y nos iba a poniendo un poco al día de cómo iba evolucionando todo. Entre lo que yo pude entrenar por mi cuenta y lo que iban haciendo mis entrenadores, tanto del club como de selección, para no perder nunca la forma, pudimos llegar a mayo o junio con un buena forma».
En referencia a cómo se pudo retomar el pulso a los entrenamientos y, especialmente, a la dinámica con la selección con la proyección de preparar los Juegos Olímpicos, la waterpolista cuenta que «una vez salimos de la cuarentena estuvimos unos meses entrenando. Aunque ya sabíamos que los Juegos se habían aplazado, estuvimos muchos meses entrenando y una vez empezó la temporada los entrenadores de la selección quedaron en que intentaríamos ir haciendo a lo largo de la temporada, durante la liga, entrenos con la selección. Juntar a las diferentes jugadoras de los clubes de la selección para ir haciendo durante la semana un par de días e ir poniéndonos en forma. Eso nos va a servir mucho para llegar bien a julio. Una vez acabe la liga con los clubes nos van a concentrar y van a hacer entrenos muy intensos y muy fuertes. Creo que nos van a poner físicamente muy muy fuertes para llegar con un buen tono a los Juegos, tanto igual o incluso mejor que podríamos llegar el año pasado».
¿Cuál es la foto que se hace Bea Ortiz de los Juegos de Tokio? «La verdad es que no tengo ni idea de lo que nos vamos a poder encontrar. Lo que sí sé es que van a ser unos Juegos muy especiales. Ya no solo por este grupo, sino por todo lo que hemos vivido y todo lo que hemos luchado para poder llegar ahí. Y que, además, como todos los equipos, nosotras vamos con muchas ganas y mucha ilusión. Creo que todos hemos puesto de nuestra parte y poder llegar al máximo. No sabemos mucho todavía cómo será porque no nos han explicado nada; creo que ni ellos saben cómo realmente lo van a hacer. Pero sí que creo que van a ser unos Juegos muy seguros. Diferentes, ya que no sabemos si va a poder haber público. Pero bueno, no creo que tenga que ser algo a lo que tengamos que darle más importancia básicamente para que no nos pueda afectar a la hora de jugar. Al final, tenemos que aprender a vivir con lo que estamos experimentando a día de hoy y acostumbrarnos a lo que nos podamos encontrar. En el momento que mejor nos podamos adaptar a todo será la mejor manera para poder jugar.
La conversación con Bea Ortiz, cercana, clara, de discurso bien armado, nos revela su perfil más personal: «Me encanta el cine, es uno de mis hobbies. Me encanta pintar y me encanta salir, ir a cenar con mis amigos, aunque ahora ya sabemos que está todo más complicado por la situación, que hay que seguir con responsabilidad. Me gusta hacer muchas cosas. También tengo mis momentos para quedarme en casa tumbada en el sofá y poder descansar. Pero, tengo una vida muy activa. Creo que soy una persona muy familiar y además me gusta pasármelo bien con los míos, sobre todo».
La waterpolista subraya además esos fundamentos que forman parte de su ‘libro de estilo’ vital: «Siempre he dicho que el deporte es algo que te transmite desde bien pequeño unos valores con los que creces y creo que son esenciales en la vida. Hay aspectos de la vida que son muy parecidos al deporte, pero hasta que no lo vives no lo sabes. Creo que esos valores que se transmiten a la hora de jugar, de sacrificarte, no solo por ti, sino por el equipo, el compromiso… Todos esos valores que te da el deporte es algo tan valioso de lo que la gente deberá aprender, debería empaparse y nunca perderse».
Y en su recorrido ha vivido y experimentado situaciones que le han marcado desde el punto de vista del aprendizaje: «Me quedaría con los malos momentos que hemos vivido en la selección, que siempre han sido momentos más duros. Todos los entrenos en lo que queríamos llorar y veíamos que no podíamos más y esos momentos en los que nos mirábamos con los ojos empañados y decíamos: “No aguanto más, no puedo más”. Y te decías “aguanta”, porque vale la pena. Y luego, llegas al campeonato y te estás subiendo al podio y dices pues sí. En esos momentos valieron la pena, el sufrir como sufrimos son momentos que nos han unido más como equipo y esos son los que realmente valen la pena, porque te das cuenta de muchas cosas y aprendes muchísimas cosas».
En el horizonte de Tokio, Bea Ortiz y sus compañeras tienen depositadas muchas ilusiones. Y ganas de ir a por todo ¿Por qué no el oro? Y de lograrlo no sería raro ver una foto de la selección haciendo el Camino de Santiago: «Eso ha sido algo que siempre se ha hablado en el equipo. Más de una lo ha nombrado. Si es algo de lo que todo el equipo está de acuerdo y lo queremos hacer y vamos a luchar por ello, te digo yo que todas, de la primera hasta la última, lo haríamos.
Bea Ortiz cierra con su firma: «Tuve una persona muy importante en mi vida que falleció hace unos años y siempre me dijo que un día sin reír era un día perdido. Y es una frase que tengo tatuada en mi cuerpo y creo que siempre es mi firma».
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