La tenista hispano venezolana, mostrando que su juego voraz comienza a mezclar con el temple de nervios, derrota a Serena Williams 7-5 y 6-4
Garbiñe lo hizo a lo grande. Su primer título en un Grand Slam lo logró derrotando a la número uno del mundo. Hincó la rodilla Serena Williams, la reina absoluta del tenis, ante Muguruza en Roland Garros. Garbiñe es la primera española que conquista la Copa Suzanne Lenglen desde la última que logró Arantxa Sánchez Vicario en 1998 (ésta también consiguió ganar en la tierra batida francesa en 1989 y 1994). Supo contener sus emociones durante el partido ante la tenista estadounidense. Incluso cuando logró el punto de partido, lo masticó con serenidad. Primero vio que así era, que era campeona de Roland Garros. Pero aguantó el nervio, aunque no la tradicional celebración tendida sobre la pista con los brazos extendidos. Caminó luego hacia Williams y recibió la felicitación de ésta. Quizás en ese momento recordó la final de Wimbledon de 2015, entonces con victoria para la norteamericana.
Un excelente partido el de Garbiñe Muguruza para alcanzar la gloria, donde lo ha hecho hasta en nueve ocasiones Rafa Nadal, a quien quiso recordar en su parlamento tras el partido, por un marcador de 7-5 y 6-4. «Me enfrentaba a la mejor del mundo. He salido a morder a la pista», aseguró a pie de pista. Conocido es el nivel competitivo y el nervio ganador de Muguruza, venezolana de nacimiento como su madre Scarlet Blanco y de padre (José Antonio) español.
Dos raquetas potentes, de juego ambicioso, y de dominio en el fondo, aunque la Williams es la Williams. Y Garbiñe, a la que entrena el francés Sam Sumyk, sabía que debía minimizar al máximo los errores. Y respondió sobre la tierra francesa con un excelente juego y mostrando cómo ha ido madurando partido a partido, sabiendo templar los nervios cuando corresponde y afilar el juego cuando está lanzada. La victoria, además, le permite avanzar del cuarto al segundo puesto del ranking mundial, precisamente justo por detrás de Serena Williams. Tuvo que hacer un partido prácticamente redondo. Así fue. E impidió a una imprecisa Williams lograr sus 22 títulos «grandes» consecutivos para igualar a Steffi Graff.
Garbiñe, a sus 22 años, mostró que va sumando a su madurez en la pista y en el temple. Y le dio su genio para tutear y acabar derrotando a la todopoderosa Williams, a la que acabará sustituyendo en el número uno del mundo. Por lo pronto, le levantó el título de Roland Garros. Juego aguerrido de ambas en los primeros compases del partido, en los que procuraron hacerse fuertes en el servicio y jugar con agresividad en el resto sobre la arcilla parisina. Anduvo férrea la hispanovenezolana.
Me enfrentaba a la mejor del mundo. He salido a morder a la pista
En el quinto juego, llegó la oportunidad de romper el saque a Serena. Sacó sustancia de aquello y siguió para colocarse 4-2 en el primer set. Claro, aquello «enfureció» a la norteamericana, que se colcoó 4-5 por delante. Pero Muguruza, controlando el nervio, sin amilanarse, apretando los puños y controlando sus adentros enderezó el asunto para llevarse la primera manga por 7-5.
Aquello aturdió a la gigante norteamericana. Y Muguruza, rápida, activa de piernas, muy entera y concentrada, acomodó la siguiente manga con un 3-1 bastante rápido. Garbiñe mantuvo el saque y llegó a disponer de cuatro bolas de partido con el 5-4. No se lo creyó cuando logró el último punto con un globo magnífico. ¿Ha entrado?, debió pensar cuando ya había derrotado a la menor de las Williams y conquistado Roland Garros, elevando el tenis femenino español. La serenidad que va ganando Muguruza, siempre fiera en juego, le da para su primer título de Grand Slam. El futuro presume muchos más.
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